Monasterio de San Jerónimo
El Monasterio de San Jerónimo de Granada se encuentra situado en el centro histórico de la ciudad.
Historia
Este monasterio se crea en la ciudad de Santa Fe bajo patronazgo de los Reyes Católicos en el año 1492, trasladándose luego a la capital, al solar que actualmente ocupa el Hospital de San Juan de Dios, para trasladarse definitivamente a los terrenos que se cree que pertenecían al último monarca nazarí, Boabdil.
Comenzadas las obras bajo la estética gótica habitual en las obras patrocinadas por los monarcas, pronto se cambia a los nuevos modelos renacentistas, al hacerse cargo de su coste la Duquesa de Sessa, doña. María de Manrique, quien pidió a cambio la Capilla Mayor de la Iglesia para enterramiento suyo y de su marido don Gonzalo Fernández de Córdoba, El Gran Capitán.
El conjunto del Monasterio se levanta durante el siglo XVI y consta de Iglesia y dos claustros, alrededor de los cuales se distribuyen las diversas dependencias. Para la realización de esta magna obra se aunaron los esfuerzos de un grupo de grandes artistas, entre los que destacan principalmente Jacobo Florentino, Diego de Siloé, Pedro de Orea, Martín de Navarrete o Lázaro de Velasco, siendo las pinturas murales obra del siglo XVIII.
Restauración del Retablo Mayor del Monasterio de S. Jerónimo |
En 1525 se establece el patronato y pronto se comienzan las obras por Jacobo Florentino, prestigioso arquitecto, escultor y pintor italiano que llega a Granada en 1520.
Este soberbio conjunto, como tantos otros, sufrió el paso y el expolio de las tropas francesas de Napoleón, que hicieron de él su cuartel de artillería, originando la desaparición de parte de su tesoro y el destrozo de su torre. Y posteriormente, con la Desamortización de Mendizábal de 1835 volvió a ser utilizado como cuartel hasta 1967, año en que pasa de nuevo a la Orden de San Jerónimo, apareciendo actualmente restaurado y con uso ocasional para actividades culturales.
Monasterio
El monasterio tiene su acceso a través de un gran compás o patio ajardinado, donde se encuentran las portadas del convento y de la iglesia.
El convento cuenta con dos claustros con celdas y capillas alrededor.
El claustro mayor es de grandes dimensiones, y a él se accede a través de una portada con elementos de estilo dórico, realizada en el año 1594 por Martín de Navarrete; su cuerpo bajo es de estilo gótico, como el resto de la construcción con treinta y seis arcos semicirculares apoyados en fuertes capiteles de follaje con repisillas en los costados y en los arcos centrales de cada lado, escudos, emblemas e iniciales de los Reyes fundadores y las armas de fray Hernando de Talavera. El segundo cuerpo, con arcos carpaneles sobre columnas muy cortas tiene antepecho de piedra con labor gótica. Este patio lo dotó Diego de Siloé de siete portadas que correspondían a capillas y enterramientos de grandes familias de la ciudad y en él se muestra toda la riqueza ornamental del Renacimiento..
El segundo claustro, concluido en el año 1520, ofrece elementos góticos, mudéjares y renacentistas, consta asimismo de galería en dos plantas, de siete arcos en cada uno de sus lados, arrancando de blancas columnas con basas, capiteles y cimacios de recuerdo árabe. La segunda planta, de arcos escarzanos y molduras góticas, se perdió totalmente a causa de un incendio, y fue reconstruida en el año 1965.
Formando ángulo con el monasterio está la iglesia, comenzada pobremente a la manera gótica, hasta que se le encomendó su continuación al artista italiano Jacobo Florentino. La labor de éste, así como la de Diego de Siloé, su sucesor en 1528, convirtieron este templo en uno de los más importantes del Renacimiento español.
La portada exterior, de estilo manierista, es de 1590, obra de Pedro de Orea, mientras que la portada dórica de acceso al claustro mayor y a la iglesia desde el compás de entrada es de 1594, obra de Martín de Navarrete.
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Claustro
Iglesia
La iglesia es de planta de cruz latina con cabecera poligonal, y cuenta con capillas laterales sobre la nave, que se cubre con bóvedas góticas de crucería.
Mucho más interesante son su crucero y su cabecera, que ya son plenamente renacentistas, cubriéndose con bóvedas de cañón con casetones sobre pilastras corintias y entablamento con friso adornado.
No se conoce el autor de la traza primitiva, aunque se sabe que se inició en el año 1519.
Con la fábrica ya iniciada, Jacobo Florentino aprovecha su estructura recreciendo los primitivos pilares con monumentales pilastras corintias estriadas en cuyos capiteles incluye figuras con dragones. Levanta en el crucero retablos de piedra con hornacinas aveneradas, capiteles con mascarones y abultadas molduraciones, y cambia los arcos de entrada a las capillas laterales con grandes arquivoltas.
No se sabe cierto si logra terminar el entablamento, pues fallece en 1526; y aunque su obra es escasa en la ciudad de Granada, hizo lo suficiente para iniciar una arquitectura renacentista pujante e imaginativa, que marcó decisivamente en el trabajo de los maestros posteriores.
A su muerte le sucede Diego de Siloé, arquitecto de gran prestigio y experiencia por sus trabajos anteriores en Castilla quien, sobre el entablamento resuelve con especial maestría el crucero creando sobre los cuatro pilares trompas que soportan hornacinas aveneradas con imágenes de los cuatro evangelistas, con lo que pasa ingeniosamente de la planta cuadrada a la octogonal, creando a su vez la base de donde arranca la fastuosa bóveda de crucería encasetonada que cubre este espacio.
Las cubiertas de la iglesia se muestran ricamente decoradas con relieves de los casetones del crucero y la capilla mayor, obra de Siloé y sus discípulos, mientras que las pinturas al fresco de los paramentos y la bóveda de la nave son posteriores y se deben a Juan de Medina, en el siglo XVIII.
De su rico patrimonio interior destaca el gran Retablo de su Capilla Mayor, realizado entre los años 1570 y 1605, y donde se reflejan las características propias del Renacimiento y el mejor Manierismo andaluz.
Fue realizado según trazas de Juan Bautista Vázquez El Mozo modificado por Diego Pesquera en 1573; siendo añadido por un cuerpo más por Juan de Orea en 1605. A sus lados están las estatuas orantes de don Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán – cuyos restos se conservan en la cripta - y de su esposa doña María de Manrique.
En el Coro, situado a los pies de la iglesia y en alto, sobresalen la sillería realizado por el propio Diego de Siloé y el órgano de finales del siglo XVIII.
A los pies de la iglesia está la torre, obra de Siloé, acabada en 1565, después de su muerte, y demolida en su mitad superior por los franceses para hacer el puente verde. Tenía ocho arcos para campanas y estaba remataea por un antepecho y chapitel muy elevado.
Hermandades
La iglesia de San Jerónimo de Granada es sede de una de las Hermandades de Penitencia más populares de cuantas existen en la ciudad de Granada, como es la conocida como Cofradía del Descendimiento, una Hermandad que procesiona en la tarde-noche del Viernes Santo de la Semana Santa granadina.
Esta Cofradía cuenta con capilla propia dentro de la iglesia, y en ella se pueden contemplar sus dos bellas imágenes titulares, entre las que destaca la de su Virgen Dolorosa, Nuestra Señora de la Soledad, una obra realizada por el célebre escultor e imaginero Pedro de Mena durante el siglo XVI.
Galería de Imágenes
Iglesia
Catalogación
Bien de Interés Cultural, el Monasterio de San Jerónimo está catalogado como monumento desde el año 1931.
Localización
Bibliografía
- Historia de la Arquitectura Española. Tomo 3:Arquitectura renacentista. Editorial Planeta, año 1986.
- El Renacimiento en Andalucía. Jornadas Europeas de Patrimonio, año 2006. Edita: Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
- Base de datos de Patrimonio Inmueble de Andalucía. Ficha del Monasterio de San Jerónimo de Granada.
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