Iglesia de San Antonio de Padua (Lugros)
Historia
No parece que hubiera en Lugros ninguna pequeño oratorio en la época musulmana, ni después, ni antes de la General Conversión. Tampoco se detecta la construcción de ninguna iglesuela, tras 1500, ni por parte del Señor, ni por parte de los particulares. El "Sínodo" sólo nos dice que sus pobladores debían ir a Beas. En ningún caso nombra su iglesia, que se construirá después.
A principios del siglo XVI se construyó una ermita o capilla, situada en el lugar de una antigua herrería para atender cristianamente a los trabajadores del lugar.
En 1603, el Sr. Marqués a petición de los vecinos gestiona el hacer una capilla más grande. Mientras tanto Lugros era asistido por el Sr. cura de Beas. Pero los vecinos de Lugros distan más de una legua de penoso camino, tienen falta de instrucción en la doctrina cristiana y tardanza en la sepultura de los cadáveres.
La construcción de la Iglesia de Lugros comienza el 9 de abril de 1702 aprobada por el señor D. Fr. Pedro de Palacio según data en archivos del obispado de Guadix-Baza.
El 11 de Marzo de 1748 los labradores y vecinos de Lugros solicitaron la asistencia en la iglesia de un sacerdote que les administrará los sacramentos e instruyera en la doctrina cristiana. En este tema interviene el Sr. Obispo Fr. Miguel de S. José y con el marqués de Lugros llegaron a unos pactos o reglas.
Estos pactos consistían en lo siguiente: Los Marqueses proporcionarían pago de hostias, aceite para la lámpara del Santísimo, una Custodia, Copón, Pila Bautismal y demás objetos necesarios para el culto divino. Por orden del Sr. Obispo y del Marqués se nombró a un párroco, comprometiéndose los vecinos a darle una fanega de trigo de primicia, los labradores tres cuartillas de trigo y todos en general media fanega de cebada, media de maíz, leche y queso, quedando a cargo del alcaide hacer efectivos estos pagos.
Con este acuerdo aparece la Parroquia de Lugros en 1753 siendo su primer sacerdote D. .Manuel Ochoa nombrado por el Marqués después de acudir al Obispo y al Provisor D. Juan Antonio de Ferrer Varacalde.
Cabe destacar que el nombramiento de D. Manuel Ochoa no fue aceptado en un primer momento por los labradores y vecinos, y forman pleito que termina con una escritura en 25 de febrero de 1769, también se produjo descontento por parte de los vecinos de Beas debido a la separación de Lugros. Terminado el litigio, las cosas quedan como se habían acordado. Aunque se producen algunas disputas a causa de una cláusula que obligaba a contribuir se sembrara o no.
Los Marqueses D. Luis Francisco y D. Luis José de Miota, antecesor y actual hasta 1753 nombraron los sacerdotes, hasta la llegada del Obispo D. Fr. Bernardo de Lorca y Quiñones de 1773 hasta 1798, época en la que murió. En principio el Sr. Obispo admitió las cosas como estaban: curas, parroquias, haciéndose dueño después de la situación diocesana, nombrando a canónigos y otras personas. Y se sustituye el párroco D. Manuel Ochoa por D. Agustín Rodríguez.
El nuevo cura escribe al Sr. Marqués el 30 de Septiembre de 1789 notificando la visita hecha por el Sr. Obispo y en la que se vio como la Iglesia necesitaba algunas reparaciones por deterioro y falta de ornamentos. No contestando el Sr. Marqués se le dirige segunda misiva y se cuestiona el mantener o abolir el Patronato. El marqués sostiene que su patronato está amparado por las Ordenanzas Reales de España y de Indias Compendio del Patronato de Indias cap.9 nº 12 de Ribaden.
La iglesia de Lugros se construyó en la tierra de los metales (por la Herrería), alquería mozárabe o lugar de lobos, alta y fría, tierra de curtidos pobladores: viejos y nuevos cristianos que reemplazaron a los lubríes moriscos. Su gestión, mantenimiento y sustentación del cura fue por parte del Sr. Marqués.
Descripción
La iglesia de Lugros es una ermita modesta transformada en parroquial, que no llega a adornarse con los famosos artesones mudéjares y que sí luce en su exterior una sencilla espadaña para soporte de una pequeña campana. Una ermita de planta rectangular toda de mampostería, cuyo patrón es el Santo Cristo de los Milagros, y en donde se profesa un especial e interesante culto a San Marcos.
La heráldica episcopal que luce, por borrosa, no ha sido posible identificarla.
Localización
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