Milagro de Miguel de Mata
Milagro de la Virgen de las Nieves
Era el verano del año 1778. Se hallaba Miguel de Mata trillando con sus mulas en una de las eras de Otura, cuando sin poder evitarlo, cogieron con el pesado y cortante trillo a un pobre niño que a la sazón se encontraba en medio de la era. La abuela del desgraciado niño, que hallábase presente, al ver a su nieto bajo el trillo, con el corazón herido por el dolor y los ojos anegados en amargo llanto, cayó de rodillas al suelo y con las manos cruzadas y la mirada al cielo, pidió fervorosamente a la Virgen de las Nieves salvara a su nieto querido, que ya lo suponía destrozado y moribundo.
No había transcurrido un minuto, cuando contento y asombro de ella y de los que se apercibieron de la desgracia, vieron salir al muchacho libre e ileso de las pisadas de las mulas y del pesado trillo. ¿Qué alegría no recobraría el corazón de aquella pobre anciana al ver a su nieto vivo y sano, creyéndole muerto y destrozado? ¿Podrá negarse este milagro tan profundo?. La razón no puede comprender cuán grande y misterioso es el poder del Altísimo; no puede explicar los hechos de Dios y la grandeza de sus divinas leyes. Este hecho milagroso, verificado en la era, merced a la Virgen de las Nieves, fue comentado por todos los pueblos colindantes, quedando en la ermita]], como para recuerdo eterno, un cuadro, destacándose en él las figuras de los que fueron testigos del milagro.
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- Fátima (Discusión |contribuciones) [2]
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