Iglesia de Santa Ana (Ogíjares)

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Nombre del monumento

Iglesia de Santa Ana

Siglo y año de fundación

Segunda mitad siglo XVI

Periodo histórico

Edad Moderna

Promovido por

-

Arquitecto

Alonso Lanjaroní

Titularidad

Eclesiástica

Catalogación

Bien de Interés Cultural


Iglesia de Santa Ana, de Ogíjares

La iglesia de Santa Ana de Ogíjares se erigió sobre un portal-iglesia[1] que sustituyó a una mezquita preexistente. La utilización de este espacio para el nuevo culto estuvo pocos años vigente, pues en 1523 Rodrigo Hernández tasaba la obra de una pequeña iglesia realizada por Alonso Lanjaroní, continuando la misma construcción en 1526 por este maestro albañil y con la carpintería a cargo del maestro Castillo.

Este primer templo debió quedar pequeño o en ruina a poco de su edificación, razones por las que se decide la nueva y actual construcción ya que en 1561 figura Alonso Villanueva como maestro albañil de la iglesia del barrio Bajo, cuyo proceso se desarrolla entre 1560-1565. Junto a él, interviene como cantero Andrés de Madrid, que en 1563 realiza las portadas y los capiteles del arco toral, los trabajos de carpintería corren a cargo de Diego de Morales.

Descripción

El templo se estructura con una nave rectangular, coro alto a los pies, capilla mayor rectangular y torre adosada a la cabecera.

La nave se cubre con armadura de limas moamares, con seis tirantes pareados con decoración de lacería, apoyados sobre canes de acanto. El almizate presenta decoración de lazo y piñas de mocárabes que penden del centro. Un arco toral muy rebajado da paso a la capilla mayor cuya planta rectangular está cubierta con armadura ochavada sobre pechinas, recubierta con decoración de lazo y dos piñas de mocárabes en el almizate, elementos que se repiten en las cuatro pechinas.

Gran parte de su valor artístico reside en el carácter unitario de la construcción, producto de la ejecución coetánea de sus principales elementos. En el interior destacan las armaduras mudéjares que cubren la nave y capilla mayor; ambas presentan decoración de lacería y piñas de mocárabe en el almizate. Es obra de especial relevancia el magnífico retablo que cubre el testero de la capilla mayor, trazado por Juan de Maeda, interviniendo como escultor Diego de Pesquera, como pintores Juan de Palenque y Miguel Leonardo, quedando a cargo de Miguel López el dorado y estofado.

Interior Iglesia de Santa Ana

El púlpito se encuentra adosado al arco toral en su lado derecho. Está realizado entre 1733-1755, en madera tallada y dorada. Mide 2'34 × 1'05 × 2'48 m. El ambón es de estructura octogonal sobreelevada en voladizo, cuya base se resuelve a manera de pinjante. El cuerpo octogonal se compone de tableros rectangulares decorados con molduras doradas. Se accede a través de una escalera con antepecho de balaustres torneados. Se corona con un tornavoz en forma de pequeño doselete festoneado, también octogonal, formado por costillas lobuladas unidas en su parte superior por una peana sobre la que se dispone una figura alegórica de la Fe, tallada en madera y policromada. Mide 40'7 × 0'17 cm. Adosada al muro, entre el ambón y el tornavoz, se ubica una placa de perfil mixtilíneo, decorada con motivos vegetales dorados. En su interior presenta un crucifijo de tres clavos.

En el exterior, el templo presenta el paramento enjalbegado estableciendo un contraste cromático con los aleros sobre canes, e impostas, pintados de almagra. El programa ornamental exterior se limita a las dos portadas de ingreso al edificio, situadas, una, a los pies del templo y otra en el lado del Evangelio, ambas realizadas en fábrica de cantería en piedra arenisca.

Púlpito

La portada de los pies sigue un diseño clasicista. Se compone de un vano de medio punto apoyado sobre pilastras cajeadas, cuya rosca se guarnece con fajas y ménsula en la clave. El conjunto se encuentra flanqueado por pilastras adosadas, de mayor tamaño, también cajeadas que soportan un entablamento decorado con un contrario en el alero de la cornisa. En la zona superior de la portada se abre un óculo.

La portada del lado del Evangelio presenta una composición similar, pero más ornamentada que la anterior. Los equinos de las pilastras cajeadas, en este caso se enriquecen con ovas y dardos, motivo que se repite en el alero de la cornisa, coronada por un cimacio muy desarrollado. Sobre su entablamento se dispone un remate formado por cartela con roleos y flameros.

La torre se levanta en el costado izquierdo de la cabecera del templo, es de planta ligeramente rectangular, con alzado de tres cuerpos, delimitados mediante moldura. Los dos primeros presenta el paramento cerrado a excepción de pequeños vanos rectangulares. En el tercer cuerpo se abren en dos de sus frentes un vano y dos en sus frentes mayores, que albergan campanas. Los muros exteriores son de ladrillo enlucido, rematados por un alero con decoración de zapatas enlucidas, las cuales soportan la techumbre de teja árabe a cuatro aguas.


Retablos

Altar Mayor

Altar Mayor de Ogíjares

Cubre la zona central del testero plano de la capilla mayor un magnífico retablo realizado en 1567, cuyas trazas son de Juan de Maeda, en el que también intervinieron como ensamblador Tomás de Morales y como dorador Miguel López. Mide 7'40 × 4'28 m. Se compone de banco, dos cuerpos de tres calles y ático superior formado por un cuerpo con hornacina central y dos tondos en sus laterales. Su estructura arquitectónica se basa en la superposición de órdenes, jónico en el cuerpo inferior y corintio en el superior, con columnas de fustes estriados en sus dos tercios que soportan su propio entablamento que separan los dos cuerpos y las tres calles. La parrilla de órdenes establece un esquema compartimentado, vinculado a los modelos de la retablística anteriores a Alonso Cano, y la utilización del orden gigante. El conjunto se enmarca con una pintura al fresco que finge un pabellón a manera de manto carmesí forrado de armiño, abierto con cortinas recogidas a ambos lados. El frontal de altar del retablo está realizado entre 1600-1649, en mármol desbastado y tallado. Mide 1'05 × 2'95 m. En labor de taracea, presenta un amplio programa alusivo a la Pasión de Cristo.

El programa iconográfico del retablo se reparte entre un ciclo pictórico distribuido en las calles laterales y banco, y otro escultórico que ocupa la calle central. El ciclo pictórico, ejecutado por Juan de Palenque y Miguel de Leonardo, presenta los principales episodios de la Encarnación del Verbo y de la infancia de Cristo.

El retablo muestra en el banco los Desposorios de la Virgen y la Presentación del Niño en el Templo. Ambas miden 31 × 76 cm. Están realizadas al óleo sobre tabla en 1567. Los Desposorios de la Virgen, que se encuentra en el lado izquierdo, es obra de Juan de Palenque. Se desarrolla la escena en el interior del templo, y en el centro de la composición presenta a la Virgen, San José y un sacerdote que une las manos de los desposados. A la derecha e izquierda se representan grupos de personajes entre columnas sobre pedestales.

La Presentación del Niño en el Templo, se ubica en el lado derecho. Está realizado por Miguel de Leonardo. La escena se desarrolla en el interior del templo. En el centro de la composición presenta a Simeón que recibe al Niño de manos de la Virgen. A izquierda y derecha aparecen grupos de personajes. El conjunto se encuentra enmarcado por dos columnas con basas áticas sobre pedestales.

En el primer cuerpo, La Adoración de los Reyes Magos, en la calle izquierda y La Circuncisión en la calle derecha. Obras realizadas por Miguel de Leonardo, al óleo sobre tabla en 1567. Miden 1'62 × 0'84 m. La Adoración de los Reyes Magos presenta la escena con fondos de arquitectura clasicista. La Virgen situada a la izquierda de la composición, sedente, con el Niño Jesús en sus brazos, ante él los tres Reyes Magos, uno arrodillado. A la izquierda, en primer plano, San José sentado en acusado contrapposto.

La Circuncisión se representa en el interior del templo. El sacerdote sostiene al Niño sobre un ara cubierta con un paño blanco, elevada sobre unas gradas, mientras un personaje procede a circundarlo. El resto de asistentes rodean el ara, entre ellos y a la derecha la Virgen en actitud dolorosa. En primer plano, una mujer sostiene un niño entre sus brazos.

En el segundo cuerpo se representa La Anunciación en la calle izquierda y en la derecha el Nacimiento de Jesús. Realizados en 1567 al óleo sobre tabla. Miden 1'28 × 0'63 m. La Anunciación es obra de Miguel de Leonardo. Presenta una escena interior. Muestra a María en primer plano a la izquierda de la composición, sedente con las manos unidas y mirada baja. A la derecha el arcángel San Gabriel sobre nubes, y ante ellos un jarrón con azucenas. En la zona superior de la composición aparecen Dios Padre y el Espíritu Santo.

El nacimiento de Jesús fue realizado por Juan de Palenque. En primer plano se sitúa a la Sagrada Familia, y al fondo a la derecha se representa dos figuras en contrapposto. Sobre el conjunto, un grupo de ángeles desnudos sostienen una filacteria sobre un celaje de nubes.

El programa escultórico principal ocupa la calle central y ático. Se debe a la gubia de Diego de Pesquera realizado en 1567. En el centro del banco se establece el Sagrario a cuyos lados se muestra las esculturas en bulto redondo de cuatro apóstoles. Cada imagen se encuentra alojada en un edículo en forma de hornacina avenerada flanqueada por sendas columnas jónicas, con fuste estriado en dos de sus tercios, de las que penden guirnaldas.

En el primer cuerpo se representaba a la Sagrada Familia con San Joaquín y Santa Ana, realizado por Diego de Pesquera, hoy se encuentra en el Metropolitan Museum de Nueva York. Actualmente ocupa este lugar un manifestador de un antiguo retablo dedicado al Niño Jesús de Pasión.

El segundo cuerpo de esta misma calle lo ocupa el grupo escultórico, en relieve, realizado por Diego de Pesquera en 1567, en madera tallada, encarnada, estofada y policromada. Mide 1'35 × 0'93 m. Representa el Abrazo de Santa Ana y San Joaquín ante la puerta Dorada. Un ángel sobre el grupo central y un pastor a la izquierda completa la composición. Ésta sigue una disposición piramidal enfatizada por el arco de la puerta dorada, que concreta la atención en el episodio narrado. Destaca el hermes, antepuesto al machón derecho de la puerta Dorada que confiere al conjunto un tratamiento arquitectónico.

En la zona central del ático, se representa El Calvario. Se trata de esculturas de bulto redondo. La Virgen y San Juan Evangelista realizados por Diego de Pesquera en 1567 que miden 70 × 22 cm. la Virgen, y 74,7 × 24 cm. San Juan. El crucificado es obra anónima realizada entre 1600-1649 y mide 76 × 48 cm.

En el interior de los dos tondos laterales del ático, se representa a la izquierda a San Juan Bautista, realizado por Miguel de Leonardo, y a la derecha a San Juan Evangelista obra de Juan de Palenque. Miden 52 × 52 cm. Pinturas al óleo sobre tabla realizadas en 1567.

A los pies de la nave se encuentra el coro alto, compuesto de antepecho de balaustres de madera sobre jácena apoyada en canes. El acceso se abre en la zona superior del muro derecho de la nave a través de una puerta de madera de dos hojas, cubierta con tablero la zona baja y la superior formada por dos filas de balaustres superpuestos. Está realizada entre 1700-1749 en madera barnizada. Mide 2'11 × 1'60 m.

Naves laterales

En los muros perimetrales de la nave se adosan los siguientes retablos:

  • Retablo de la Virgen del Carmen
Virgen del Carmen

Ubicado en el muro del Evangelio, a principio de la nave. Está realizado entre 1733-1766 en madera tallada y policromada. Mide 5'39 × 3'52 m. Se compone de un cuerpo y una calle. Presenta un amplio arco de medio punto decorado con rocallas, en cuyo centro muestra una vitrina que alberga la imagen de la Virgen del Carmen. La vitrina data de 1750-1799, está realizada en madera tallada y barnizada. Tiene base rectangular con los ángulos exteriores achaflanados. La hornacina central está cubierta con una puerta de cristal, se encuentra flanqueada por dos balaustres y frontón semicircular coronado con una cruz. El conjunto está decorado con finas molduras vegetales y geométricas. La imagen de Nuestra Señora del Carmen es obra anónima de fines del siglo XVI. Está realizada en madera, tallada y policromada. Mide 79 × 34 cm. (sin corona). Presenta a la Virgen sobre una peana de madera, de pie y de frente, y con el niño Jesús apoyado en su brazo izquierdo. Viste túnica roja y manto azul, que recoge delante en la cintura, decorado con motivos dorados. La Virgen y el Niño sujetan con la mano derecha un escapulario. Ambos muestran coronas doradas.


  • Retablo de la Inmaculada Concepción
La Inmaculada

Es el segundo retablo situado en el muro del Evangelio. Está realizado entre 1733-1765 en madera tallada y dorada. Mide 7'54 × 3'12 m. Se compone de banco y un cuerpo de una calle con hornacina central. Presenta un amplio arco de medio punto coronado con penacho superior. Muestra el paramento con rica decoración de rocallas, pilastras y elementos vegetales. La Inmaculada Concepción se ubica en la hornacina central. Obra realizada en madera tallada, dorada y policromada, entre 1700-1749. Mide 1'15 × 0'44 m. La imagen se encuentra sobre alta peana, presenta a sus pies una media luna con los picos hacia abajo, así como una nube con cabezas de angelitos. Muestra la mirada baja y las manos unidas, descentradas hacia su lado izquierdo. Viste túnica blanca de ricos estofados y manto azul que recoge en la cintura.


  • Retablo de Nuestra Señora de los Dolores
La Dolorosa

Se encuentra en el muro del Evangelio en el presbiterio. Está realizado entre 1733-1765, en madera tallada, dorada y policromada. Mide 5,'24 × 3'09 m. Se compone de banco, un cuerpo de una calle con hornacina central flanqueada con estípites en ambos lados y ático superior compuesto de un amplio penacho. El paramento está decorado con rocallas y motivos vegetales. El frontal del altar muestra pinturas representando los símbolos de la pasión de Cristo. En la hornacina central se ubica la imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Imagen de candelero realizada entre 1733-1765, en madera tallada y encarnada. Mide 1'53 × 0'82 m. La Virgen muestra la mirada baja y las manos con los dedos entrelazados que sujetan tres clavos. La cabeza se toca con una sencilla corona.


  • Retablo de San José
San Jose

Se encuentra adosado al muro de la Epístola en su primer tramo. Obra realizada en madera tallada y ensamblada, entre 1733 y 1765. Mide 5'19 × 3'22 m. Se compone de banco y un solo cuerpo de una calle con hornacina central. La zona superior de medio punto, presenta el trasdós de arco decorado con sobresalientes molduras, coronado en la zona central con un angelillo. El paramento de retablo se decora con rocallas. La imagen de San José preside el retablo. Se trata de una escultura de bulto redondo, de la misma época que el retablo. Mide 1'23 × 0'35 m. El santo se representa de pie, con la mano izquierda sostiene al niño Jesús y con la derecha la vara florida. Viste túnica verde y manto rojo.


  • Retablo de San Sebastián
San Sebastian

En el muro de la Epístola, en el tramo central, se ubica el retablo de San Sebastián. Se compone de banco, un cuerpo de una calle con hornacina central y ático superior, terminando en la zona superior con amplio penacho moldurado coronado con rocalla a modo de cornucopia. La hornacina central está flanqueada con estípites y entablamento superior, muy movido, que da paso al ático. El conjunto presenta decoración de espirales y formas mixtilíneas. Está realizado entre 1733-1765, en madera tallada y dorada. Mide 7'57 × 3'38 m. La imagen de San Sebastián ocupa la hornacina central. Presenta al santo de pie junto a un tronco de árbol, muestra las flechas como signo de martirio. La composición en aspa se refuerza por la forma del tronco del árbol, del que sobresalen dos ramas que marcan las líneas directrices principales. A excepción del perizoma y una banda de rico bordado que cruza su cuerpo, la figura carece de vestiduras. Data de la misma época del retablo. Está realizado en madera, tallado y policromado. Mide 1'19 × 0'72 m.


  • Retablo de Nuestra Señora del Rosario
La Virgen con el niño

También en el muro perimetral del lado de la Epístola, en el tramo central más próximo a la cabecera que el anterior retablo, se ubica el retablo de Nuestra Señora del Rosario. Está realizado entre 1733-1765 en madera tallada y dorada. Mide 7'26 × 2'80 m. Consta de banco y un cuerpo de una calle. Éste consiste en un vano cerrado por arco de medio punto apeado sobre pilastras, que cobija en su centro una hornacina, en la que se encuentra la imagen titular. El tímpano se decora con un pinjante sobre el cual se dispone un cartucho con roleos. La superficie del retablo recibe una decoración tallada sobredorada, de motivos vegetales y geométricos que alterna con ornamentación floral policromada sobre fondo blanco. El conjunto se encuentra guarnecido por una chambrana festoneada que se remata con un copete sobre frontón mixtilíneo partido. La imagen de Nuestra Señora del Rosario ocupa la hornacina central. Se trata de una escultura de bulto redondo, realizada entre 1733-1765, en madera tallada. Mide 1'54 × 0'50 m. Se representa a la Virgen de pie, sobre una peana de nubes y querubines. Sostiene al Niño Jesús con la mano izquierda y con la derecha el rosario y un cetro. Viste túnica roja y manto azul, ambos con ricos estofados.


  • Retablo del Cristo de la Expiración
Cristo de la Expiración

En el lado de la Epístola, en la cabecera, se ubica el retablo del Cristo de la Expiración. Consta de banco y un cuerpo de una calle guarnecidos por una chambrana orlada con guirnaldas. Los dos cuerpos se encuentran recorridos longitudinalmente con dos columnas salomónicas en los laterales, de capiteles compuestos sobre pedestales que soportan su propio entablamento, a modo de orden gigante. Las columnas se adelantan del plano general del retablo, organizado mediante pilastras de fuste cajeado con guirnaldas y capiteles con golpes de hojarasca, cuyo entablamento se curva y adopta un perfil mixtilíneo, elevándose formando un cuerpo, a modo de penacho.

El eje principal del retablo lo ocupa la talla del Crucificado. Escultura de bulto redondo que representa a Jesús en la Cruz, en el momento de su expiración. Está realizado entre 1600-1632, en madera tallada y encarnada. Mide 2'26 × 1'51 m. A sus pies se encuentran dos hornacinas que lo flanquean, con las imágenes de Santa Gertrudis a su derecha y de San Francisco Javier a su izquierda, así como un espejo en el centro.

En el banco se sitúa un sagrario, cuya puerta presenta un óleo sobre tabla con la representación de la Sagrada Familia y la Eucaristía. Muestra al niño Jesús en el centro de la composición, a la izquierda a la Virgen y a la derecha a San José. En la zona superior un rompimiento de gloria con ángeles portando una custodia. El conjunto se completa con una profusa decoración sobredorada de zarcillos, roleos y guirnaldas y tres angelotes situados uno sobre el pinjante del tímpano y los otros dos en los entablamentos de las columnas salomónicas. El retablo está realizado entre 1700-1732, en madera tallada y dorada. Mide 5'84 × 3'50 m.

Urbanismo

Salida procesional del Cristo de la Expiración


Hay que destacar el papel de la iglesia de Santa Ana como elemento fundamental en el urbanismo del núcleo. Las fuentes documentan la organización de Ogíjares en dos barrios, el Alto y el Bajo, cada uno de los cuales posee una parroquia desde el siglo XVI, lo que viene a reafirmar esta división que ya debió existir en época musulmana al estar documentada la existencia de mezquitas en ambos barrios, sobre cuyos cimientos se construyeron las citadas parroquias. La iglesia de Santa Ana se ubica en el barrio Bajo, que en la actualidad constituye el centro principal de actividad de la población. El templo, que en origen tuvo una situación más bien periférica con respecto al casco histórico, ha adquirido un carácter de centralidad dentro de la nueva realidad urbana de la población.


Diversas fotografías de la iglesia


Catalogación

La iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural por decreto de 23 de noviembre de 2004

Referencias

Este artículo incorpora material del Decreto 543/2004, de 23 de noviembre, de la declaración de bien de interés cultural con la categoría de monumento en el BOJA, el cual se halla en dominio público

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  1. pequeño recinto religioso creado para satisfacer inmediatas exigencias de culto y evangelización

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