Historia de Huéscar
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Huéscar es un municipio situado en el extremo norte de la provincia de Granada, en el sureste de España, que limita con las provincias de Albacete y Jaén. Tiene unos 8.190 habitantes aproximadamente. Su economía se basa principalmente en la agricultura y la ganadería, siendo la sede de la Feria Nacional de Criadores de Oveja Segureña.
Se encuentra en un fértil valle al pie de la Sierra de La Sagra (amenazada actualmente por la presión urbanística, ya que carece de la protección necesaria). En su núcleo urbano está la Iglesia de Santa María, o colegiata de La Encarnación (siglo XVI), declarada Monumento Nacional, que guarda en su interior la custodia "Torrecilla Alta" -de incalculable valor- También son de interés arquitectónico las numerosas casas señoriales.
Próximo al casco urbano están los Baños de Fuencaliente, con agua que siempre se mantiene a 18ºC. Otras muchas bellezas hay en la localidad, como el parque Rodríguez Penalva, muy similar al Retiro de Madrid.
Prehistoria
Huéscar y los municipios de su comarca conservan un importante número de yacimientos arqueológicos. La explicación viene dada porque la comarca está enclavada en un cruce de caminos de vital importancia para las comunicaciones del sureste en la antigüedad. Existe una relación entre las culturas prehistóricas de Millares y Argar de las tierras de Almanzora, y las cuencas de nuestros ríos. Numerosos poblados prehistóricos se establecieron en el Altiplano Granadino.
Aunque no hay substrato arqueológico que nos dé indicios fiables para la datación del Neolítico, es posible que el abrigo natural de "Piedra del Letrero" haya que incluirlo en este período. Este abrigo natural con pinturas rupestres de estilo esquemático fue el primero que se descubrió como tal en la provincia de Granada, en 1915 por el abate francés Henri Breuil.
Los Romanos
De entre los yacimientos de este período destaca sobre todos ellos el Cortijo de Torralba. Con menor entidad se pueden citar los restos localizados en los alrededores de la laguna natural de Fuencaliente, las evidentes muestras latinas de Las Fuentes del río Guardal, así como las impresionantes inscripciones de la Calle Alhóndiga. Las inscripciones romanas (imagen adjunta) están hechas sobre lápidas, utilizadas en su momento para la construcción de la Alcazaba musulmana oscense. Por este motivo nos es desconocido el lugar de su ubicación original.
La Edad Media - Edad Moderna
Durante toda la Alta Edad Media, Huéscar y su comarca tuvo un poblamiento rural caracterizado por un hábitat disperso. La agricultura y, sobre todo la explotación de ganado menor, fueron sus principales características económicas. Estas actividades económicas propiciaron que Huéscar y el Altiplano en su conjunto estuvieran ocupados por un conjunto de alquerías. A finales del siglo IX el geógrafo oriental al-Jacubi mencionó toda la región caracterizada por "las alquerías populosas, contiguas las unas a las otras, y praderas, valles, ríos, fuentes y campos sembrados".
Es a partir del siglo XIII cuando en la actual Huéscar nace un asentamiento urbano. En esta época el altiplano oscense se convierte en una tierra de frontera.
El 15 de febrero de 1243 se firmó en Toledo el privilegio de donación de Huéscar, Galera y Orce, con sus derechos, portazgos y salinas, en favor de la Orden de Santiago. El rey Muhammad I de Granada en 1246 se veía obligado a reconocer el dominio cristiano en esta frontera. Sin embargo esta aceptación fue únicamente aparente ya que estas plazas eran de vital importancia para la estrategia militar del emirato. En 1252 Alhamar, el rey de Granada, subleva las morerías de frontera, obteniendo en la parte oriental las fortalezas de Cúllar, Orce, Galera y Huéscar.
En este constante toma y daca, en 1271 los cristianos volverían a recobrar la población. El control castellano finalizó en 1325 cuando el avance del rey granadino Ismail I le permitió recobrar Huéscar y las plazas de Orce y Galera. Tenemos constancia de que en estas fechas se empleó precisamente en Huéscar, por primera vez en Europa, la pólvora.
En el año 1434 se produjo un nuevo avance castellano que tuvo por resultado la toma de Huéscar. La ciudad fue tomada al asalto por Rodrigo Manrique.
El dominio cristiano sobre Huéscar sería efímero. Apenas catorce años más tarde, en 1447, los musulmanes granadinos volvieron a recobrar la ciudad.
La incorporación definitiva de Huéscar a la Corona de Castilla se produjo en 1488. En una carta del marqués de Cádiz se narra que el alcaide de Huéscar, acompañado de otros moros principales, habían acudido a ofrecer la ciudad a los cristianos. Fernando el Católico había decidido que acudiera a recibirla, quedando como gobernador, Rodrigo Manrique, en recuerdo de su familiar que había conquistado la plaza en 1434.
Los Reyes Católicos concedieron a los musulmanes habitantes de Huéscar un documento importantísimo: las Capitulaciones. Según éstas, Huéscar sería siempre villa real, no entregada a señor alguno, y que los musulmanes serían siempre respetados en su religión y costumbres.
En 1495 los Reyes vulneraron lo pactado y entregaron Huéscar como señorío al Condestable de Navarra, Conde de Lerín. Durante todo el siglo XVI la situación iba a ser conflictiva y de evidente resentimiento. En 1513 las Capitulaciones quedaron definitivamente en papel mojado cuando la reina Juana ("la loca") donaba al duque de Alba, Don Fadrique de Toledo, la ciudad de Huéscar como señorío.
La represión anti-morisca, las sucesivas expulsiones de éstos, terminarían afectando muy duramente a la ciudad. Huéscar había llegado a alcanzar casi seis mil habitantes a mediados del siglo XVI. A finales del siglo XVI dicha cifra quedó reducida prácticamente a la mitad.
Huéscar ha pertenecido a la Diócesis de Toledo desde 1544 hasta 1953. Esto unido al hecho de la repoblación masiva por parte de castellanos, aragoneses y navarros, da explicación al estilo de las construcciones en la ciudad. La población navarra, que fue la más numerosa, trajo consigo muchas tradiciones, como la devoción a las Santas Patronas Alodia y Nunilon actuales patronas de la localidad (en Huéscar las Santas reiben el nombre de Alodía y Nunilón), bailes típicos y apellidos del norte de la península (como Aguirre o Navarro).
Curiosamente, esta localidad estuvo en guerra con Dinamarca desde el 11 de noviembre de 1809 hasta ese mismo día de 1981, fecha en la que se firmó la paz entre las autoridades danesas y oscenses con un total de 172 años de conflicto.
Declaración de Guerra a Dinamarca
A finales del siglo XVIII Francia intentó imponer un bloqueo contra Gran Bretaña. En este contexto, Napoleón solicitó de España, en junio de 1796, la firma del Tratado de San Idelfonso, en virtud del cual las partes firmantes se comprometen a ayudarse mutuamente, formando un contingente de 29.000 hombres. La Ayuda española se concretó con la "División del Norte", al mando del Teniente General D. Pedro Caro y Sureda, Marqués de la Romana, formada por 13.374 hombres.
En febrero de 1808 Dinamarca declaró la guerra a Suecia. En los planes de invasión a Suecia, estaba prevista la intervención, junto a los daneses, de tropas francesas y de la División Española. En marzo de 1808 entraron en Dinamarca las tropas españolas, quedando acantonadas ya que se suspendió la invasión debido al deshielo prematuro.
En Abril de ese año el Marqués de la Romana se enteró, por la prensa francesa, de los sucesos de Aranjuez y de la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. Napoleón dio instrucciones para que se aislara a las tropas españolas. Desde ese mismo momento, el General español empezó a pensar en un plan que le permitiera regresar a su país con todos sus hombres. Afortunadamente y con la ayuda de James Robertson, sacerdote católico escocés que lo puso en contacto con la marina británica, convertida de la noche a la mañana de enemiga en aliada de los españoles, consigue en agosto de 1808, transportar en naves británicas a 9.000 soldados, que en octubre desembarcan en Santander y participan en la victoria de Bilbao sobre tropas napoleónicas.
No todas las tropas pudieron ser repatriadas, quedando prisioneros de franceses y daneses unos 5.000 soldados.
Ante esta situación, la Junta Suprema, reunida en Sevilla el 18 de septiembre de 1809 y en representación del rey Fernando VII, que estaba en el exilio, acuerda romper, mediante la publicación de un Real Decreto, toda comunicación con Dinamarca. Se mandó imprimir dicho Decreto así como el de su comunicación inmediata a todas las instancias oficiales.
Una vez recibida dicha comunicación en el Ayuntamiento de Huéscar, y analizando las causas y hechos ocurridos, se acuerda, en sesión plenaria del día 11 de noviembre de 1809, declarar la Guerra a Dinamarca.
Trascendida la noticia a la prensa, y teniendo en cuenta que una guerra no finaliza hasta que se ha firmado la paz, la Corporación Municipal de Huéscar acordó en sesión plenaria del 7 de julio de 1981 iniciar un proceso de negociaciones con las autoridades danesas con objeto de restablecer la paz entre ambos pueblos.
La Paz se materializó el 11 de noviembre de 1981, 172 años después de haberse declarado la Guerra. Ese día se dieron cita en Huéscar altas personalidades, tanto civiles como militares, así como los principales medios de comunicación nacionales y algunos extranjeros.
Hermanamiento de Huéscar con Kolding, Dinamarca
No podía desaprovecharse la ocasión que la firma de la paz proporcionaba para estrechar los lazos de amistad entre Huéscar y Dinamarca. Se acordó hermanarse con la ciudad Danesa de Kolding. A raíz de dicho hermanamiento, las corporaciones municipales de los dos Ayuntamientos organizan periódicamente visitas culturales a las dos ciudades. También se llevan a cabo intercambios entre escolares de ambas ciudades.
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