Historia:Fuente Vaqueros

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Cuando Granada pasó a manos cristianas en 1492, Fernando e Isabel distribuyeron entre sus nobles las feraces tierras de la Vega, pero tuvieron cuidado de reservar a la Corona, como coto de caza y lugar de recreo, la finca conocida como Soto de Roma.

En este lugar, de 1.500 hectáreas, tradicionalmente formado por tarajales, choperas, alamedas, olmedas y saucedales, se levantaría en fecha no determinada, la Casa Real, "un palacete con jardines y árboles exóticos", según un escrito de Pedro de Aguilar (Archivo de Simancas), se hallan indicios para suponer que no existía aún este en la regencia de Felipe II. En su término existía una torre que no se sabe bien si se trata de una antigua casa árabe de recreo, o de los restos de una antigua fortaleza que funcionaba de torre vigía en la vega en época árabe, tal y como recoge en sus escritos Washington Irving.


Secadero en medio de un terreno sembrado de espárragos.


Sobre el nombre de Soto de Roma hay discrepancias, aunque lo más probable sea que Roma proceda del árabe "cristiana". Esta etimología encuentra apoyo en el hecho de que no lejos del Soto hay un pueblo llamado Romilla (o Roma la chica). Donde, según la tradición árabe, vivió la desafortunada Florinda, hija del conde don Julián. Entre Romilla y el Río Genil aún se puede contemplar una atalaya denominada Torre de Roma, que siempre fue considerada como mojón que marcaba el límite sur del Soto. Si se acepta esta procedencia árabe de la palabra " Roma", el nombre de la finca viene a significar, pues. " El Soto de la Cristiana". Aún así no se descarta que pueda tener su origen romano, ya que está circundado de restos romanos sobre los que se asentaron los árabes.

En 1765 Carlos III regaló el Soto a Richard Wall, hijo de linajudos irlandeses. Bajo el patrocinio de Wall se proyectó la construcción del cementerio y ejecución de la Parroquia de Fuente Vaqueros (hoy destruida), dedicada a Nuestra Señora de la Anunciación. A la muerte de Wall, el Soto volvió de nuevo a la Corona, pasando luego a Manuel Godoy y, tras su caída en desgracia, al Patrimonio Nacional. Cuatro años después, el destino del Soto y de Fuente Vaqueros cambió al donarlas en 1.813 las Cortes de Cádiz, en perpetuidad, a Sir Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, como recompensa de los servicios prestados en la Guerra de la Independencia y queda vinculado a la nobleza y a la corona inglesa.

Alamedas

En 1858, un amigo del segundo duque de Wellington, Horacio Hammick, logró visitar Fuente Vaqueros, pese a las inundaciones, que habían desviado el curso del río Genil, y lo encontró hundido en la miseria solo contaba con 400 habitantes. Posteriormente a esta fecha y como consecuencia de la demanda comercial de lino y cáñamo, que se criaba con abundancia en el Soto, hubo un incremento en la población muy importante, contando el municipio en el año 1.900 con 2.000 habitantes.

El municipio de Fuente Vaqueros estuvo en poder del duque hasta 1. 940 teniendo sus tierras arrendadas a los colonos y poco a poco fue vendiéndoselas a los mismos, que poblaron y dieron paso a la actual Fuente Vaqueros.

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