Convento franciscano de San Juan Bautista (Ugíjar)

De Granadapedia
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Conjunto de grandes dimensiones donde destacan la antigua iglesia, de planta de cruz latina, el patio cerrado, antiguo claustro y la torre, antiguamente almenada. La iglesia de dimensiones apreciables, presenta cubierta con bóveda de medio cañón, arcos fajones y lunetas en la nave, capilla mayor y brazos del transepto, mientras que el crucero tiene una cúpula sobre pechinas ricamente decoradas con motivos vegetales de estuco y emblemas. A los pies se sitúa el coro sobre bóveda de medio cañón rebajada. La tradicional portada latericia toscana se localiza a los pies, y a su derecha también se conserva la portada del convento, que repite el esquema de arco de medio punto entre pilastras y entablamento . A los pies y en planta superior aparece el coro, soportado por una bóveda similar a la del conjunto de la nave. En el exterior presenta contrafuertes.

El siempre referente Pascual Madoz al situarse en Ugíjar, el pueblo tres veces ciudad, la Uxixar de Albacete de siempre, constata:

Hay un edificio que fue convento de religiosos franciscanos, bajo el título de San Juan Bautista, y fue fundada en 1646 por el R.P. Francisco Soriano mediante Cédula del Rey D. Felipe III en 1617. En este edificio -consecuencia de la Desamortización de Mendizabal en tiempos de María Cristina, la Reina Gobernadora- se estableció un brillantísimo Colegio de Humanidades para 40 alumnos alpujarreños con cátedras de Latinidad y Filosofía, adjunto a la Universidad de Granada.

El convento se concibió ya en la Real Cédula de Carlos V de 1526, junto con el posterior de Laujar -hoy, tristemente, pura ruina- para la evangelización de la Alpujarra tras aplastar el alzamiento morisco de 1568.

P.A. De Alarcón en su trascendente obra "La Alpujarra" refiere que en el templo del Convento a finales del siglo XIX, compañías de teatro, las llamadas "Títeres" actuaban allí en aquella época. Posada después, clásica y entrañable, pero que hizo desaparecer y esconder por completo su estructura y naturaleza monástica y con ella el sello y posible obra de Alonso Cano.

Está verificado que Santa Teresa de Jesús, por uno de sus celebres sueños, cedió su tenencia a la Orden Franciscana en cuyos anales consta que auténticamente en dicho convento tuvieron lugar dos extraordinarios milagros.

Es uno de los pocos testimonios de arquitectura conventual que se conserva en Las Alpujarras. Destaca también por la rica decoración de estuco de las pechinas; solución decorativa muy escasa en Las Alpujarras. También son de interés los restos de pinturas murales y la disposición de las dependencias conventuales.

Actualmente por fortuna recuperado este Monumento, quizás el mas clásico y simbólico de la Alpujarra, merced a la tenacidad, intuición y sacrificio del abogado, hijo del pueblo, D. José A. Jiménez Tovar con su familia. Siendo privada su propiedad se dedica sin excepción y de forma gratuita al servicio y utilidad publica mediante un meritorio Museo Sacro y Salón/Templo para actos culturales,esencialmente musicales. También cuenta, para todos, con una amplísima Biblioteca Histórica.

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