Centro de Día Stella Maris (Castell de Ferro)
Castell de Ferro tiene un edificio emblemático conocido como Las Monjas.
El Centro de Día Stella Maris pertenece a la Congregación de Santo Domingo, cuya Fundadora es la Madre Teresa Titos Garzón, nacida en Granada el 4 de enero de 1852.
La Congregación de Santo Domingo, desde sus orígenes, tiene una clara finalidad educativa y desde ella se integra en la acción evangelizadora de la Iglesia católica. Este Centro se constituye como Comunidad Educativa, compuesta por: alumnos, padres, educadores, titular y personal de administración y servicios. Está abierto a la pluralidad ideológica y cultural de nuestra sociedad. Nuestro Carisma peculiar es la Evangelización que, a través de la Educación, la queremos vivir según el espíritu dominicano, haciendo vida el siguiente objetivo:
"Educar para cultivar el gusto por los valores intelectuales, sociales y cristianos, que favorezcan el crecimiento personal y la integración en la sociedad".
Este Centro abrió sus puertas como Escuela-Hogar en el año 1972, a cargo de las religiosas dominicas pertenecientes a la Congregación de Santo Domingo. Al principio sólo era para niñas que no podían asistir diariamente a la escuela por la distancia desde el hogar familiar al centro escolar. En el curso 87-89 se solicita como internado mixto, y se le otorga también la atención a niños con necesidades especiales. Como Escuela-Hogar funciona hasta el 98-99, curso en que se suprimen las becas de internado, y pasa a ser Centro de acogida sólo de día.
A partir del curso 99-00 se solicita convenio con la Delegación de Educación como Centro de Día, ofreciendo los servicios y actividades complementarias, en jornada sólo de tarde. Y desde ese año, no sin dificultades, el Centro viene acogiendo a un total de 100 niños/as aproximadamente, a partir de los 3 años de edad. Algunos de ellos pueden acogerse a las becas gratuitas que ofrece la Junta de Andalucía.
Como centro educativo, cada año nos marcamos una serie de objetivos que se recogen en el Proyecto de Centro. Así, nuestra tarea educativa quiere ir más allá de cubrir el horario de trabajo de los padres, sino que pretendemos, junto con las familias, educar a los menores humana y cristianamente, para que sean capaces de integrarse en la sociedad desde un compromiso personal.
En los últimos años, la realidad de la inmigración ha hecho que el Centro se abra a las distintas culturas que convivimos en nuestro municipio, lo que supone una riqueza si se consigue integrar desde el respeto y la tolerancia. Constatamos, también, la dificultad que supone hoy la educación a todos los niveles, y al mismo tiempo, la necesidad que nuestra sociedad tiene cada día de ella.
Nuestras líneas de acción para conseguir esto son las siguientes: el apoyo al estudio, distintos talleres lúdicos y celebraciones en distintas fechas del curso. El estudio dirigido es un espacio de refuerzo educativo y estudio personalizado, que pretende reforzar en los/as alumnos/as la comprensión y asimilación de los conceptos propios de cada nivel educativo. Los talleres quieren complementar la formación integral de los niños/as; se anima a que sean ellos mismos quienes dirijan algunos de estos talleres, con el fin de poner al servicio de los demás las aptitudes personales.
Pero nuestra tarea educativa va más allá de lo intelectual abarcando, también, la dimensión humana y espiritual de la persona, por lo que ofrecemos una serie de actividades lúdico-celebrativas. Para ello distintos acontecimientos del año son preparados y celebrados de una manera especial.
Actualmente nuestro centro tiene las puertas abiertas para acoger las distintas realidades sociales y familiares que nos rodean, desde el espíritu que movió a nuestra fundadora, la granadina Teresa Titos, para comenzar la obra que hoy se extiende por ocho países: la opción referencial por la niñez y juventud más desfavorecida.
No se trata del típico convento, pues las directivas de sus ocupantes no van en ese sentido, sino en el del servicio directo a la comunidad. Antiguamente fue hotel, y mas tarde la orden de las dominicas se hizo con el edificio convirtiéndolo en una residencia para gente con pocos recursos o que vivían lejos de la población, y que de esta forma podían escolarizar a sus hijos.
Ahora se llama "Centro de día Stella Maris", y se dedica a la misma tarea, pero sin alojamiento nocturno.
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