Capitán Arcas
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Primer apellido: Arcas Segundo apellido: Fuentes Nombre: Manuel Profesión: Militar
Ocultar Registro civil Municipio registro civil: Granada Provincia registro civil: Granada
Ocultar Nacimiento Municipio de nacimiento: Provincia de nacimiento:
Ocultar Residencia Municipio de residencia: Provincia de residencia:
Ocultar Fallecimiento Fecha fallecimiento: 18/08/1936 Causa fallecimiento: Herida de arma de fuego
En la lápida del Cementario de San José de Granada figuraba este epitafio
- Manuel la ingratitud fue tu recompensa, tu mujer y tus hijos..
Manuel Arcas solía visitar a su madre viuda en el Cuartel de las Palmas, donde vivía con un hijo guardia civil, entonces el capitán usaba caballo, y a caballo entraba en el espacioso caserón de la cuesta de Escoriaza, junto a la cuesta empedrada de los Molinos, donde nació Ángel Ganivet.
Manuel escribía como colaborador en el Diario el Defensor de Granada. En Granada había una tradición militar grande, y desde la época de Ganivet vemos cómo en las fotos de las redacciones de los periódicos granadinos aparecen militares de uniforme, que siguiendo la tradición liberal de las armas, usaban con agilidad también la pluma.
El alzamiento militar se produjo en Granada el día 21 de julio, varios días después de la fecha oficial en que se inicia la guerra civil del 36. Una orden de armar a las milicias de los sindicatos fue el detonante que decantó que la guarnición de Granada se inclinase por la sublevación, aunque no hubo unanimidad en ello, ya que el Acuartelamiento de Infantería situado en el Convento de la Merced no se adhirió inicialmente, llegando a producirse una grave tensión dentro de la guarnición. El General gobernador, Campins, entretuvo a los oficiales de los Regimientos y del Aeródromo de Armilla en su Cuartel de la calle San Matías, mientras se desmontaron los aviones de la base y los trasladaron a Motril en camiones, quedando en la guarnición un sólo avión. Al volver los oficiales a los cuarteles, entendieron que habían sido engañados, y en vez de entregar las armas a las milicias sindicales, unos pocos oficiales de Artillería con rango de teniente lo más, volvieron en busca del general al que detuvieron.
Una gran muchedumbre llenaba la plaza del Carmen, sede del Ayuntamiento de Granada, concentrados a la espera de recibir indicaciones para armarse, sin embargo, en vez de llegar camiones con armamento de los parques de artillería, apareció una Sección de Artillería con un viejo cañón cuya boca estaba ostentosamente rota, se emplazó en la plaza con la boca cubierta con una gorra de soldado. La muchedumbre se deparramó entre las calles disolviéndose.
Granada era una capital muy pequeña, con dos zonas diferenciadas: El Albayzín, y Granada. Entre ambas el río Darro y la colina de la Alhambra.
Un amotinamiento en la zona de Albaicín y unas posibles columnas que pudieran entrar por la carretera de Armilla u otra de la Vega, pusieron en guardia a las autoridades militares de Granada que emplazaron varias baterías dos de ellas en la Alhambra. Una en los cubos dando cara al Albaicín y la otra en la explanada de los mártires. Esta última mandada por el capitán Manuel Arcas Fuentes.
La batería asentada en los cubos hizo disparos sobre el Albaicín, y la batería de la explanada de los mártires no efectuó disparo alguno sobre posibles objetivos de la Vega, o carretera de Motril.
El capitán Arcas fue detenido por sus compañeros, y se le hizo un sumarísimo consejo de guerra. Sobre la mesa del juez militar un crucifijo, el código penal militar y unas pruebas que le incriminaban: recortes de prensa de sus artículos en el Defensor de Granada.
Razones que le valieron al juez militar para atender la petición del fiscal, y desatender la del compañero Capitán que le defendió.
Estuvo toda la noche acompañado por su defensor, y a la mañana del día 18 de agosto de 1936 fue ejecutado. Dejó viuda y varios hijos huérfanos.
A diario visitaba en vida a su madre en el Cuartel de la Guardia Civil de las Palmas, en su caballo y vestido de uniforme como capitán de artillería. Su madre vivía en ese cuartel donde tenía un hijo Guardia Civil.
Durante mi servicio militar en Granada, cada año por la fiesta de difuntos una comisión de tropa, suboficiales y oficiales visitaban y oraban en las tubas de los militares. Además de las asignadas, yo visitaba la de este capitán, porque así lo hacíamos por tradición de unos hermanos a otros que servimos en ese Arma de Artillería. También en la s Visitas de Hospital como cabo visité a su hermano en el Hospital Militar de Granada cuando mayor y enfermo estuvo allí postrado.
Manuel, la ingratitud fue tu recompensa. Tu mujer ni tus hijos te olvidaron, tus familiares tampoco, y quienes compartimos el uso de la espada y la pluma queremos que tu memoria no se extinga.
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