Semana Santa en Benalúa

De Granadapedia
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Las grandes ciudades celebran su Semana Mayor con profusión de actos religiosos, procesionando sus artísticos y numerosos pasos, expresión real de dolor, con los que sus cofradías compiten en magnificencia, esplendor y devoción, para causar el mayor y mejor impacto no solo a su ciudad sino al ingente número de personas, nacionales y extranjeras, que nos visitan en estos días.

No es este el caso de nuestro pueblo Benalúa. Aquí no tenemos tanta riqueza escultórica ni cofradías de cientos o miles de hermanos, pero sí tenemos un profundo sentido religioso con el que celebramos con toda sencillez los distintos actos de nuestra Semana Santa, con la participación popular y el entusiasmo de un grupo de jóvenes que con su esfuerzo colaboran para que las imágenes salgan y recorran las calles de la localidad.

Muy brevemente se describen los acontecimientos de esta semana santa. Digo “muy brevemente” porque esta brevedad se debe al escaso número de imágenes de pasión conque cuenta la parroquia.

Domingo de Ramos

Al no tener “borriquilla” que nos recuerde la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén , nosotros lo hacemos portando palmas y ramos de olivo y cantando el “hosanna al Hijo de David” desde el centro del pueblo, donde se bendicen, hasta la iglesia parroquial , con la asistencia de numerosos niños y jóvenes y, por supuesto, de personas mayores, que participan en esta procesión de una manera sencilla pero llena de realismo, manifestado en su alegría y fervor.

Lunes Santo

Este día visita nuestras calles la “Virgen de los Dolores”, una preciosa imagen del escultor granadino Navas Parejo, custodiada por sus “hermanas camareras” ataviadas con mantillas y traje negro (como es de rigor en estos casos) y del pueblo que la sigue con profundo silencio.

Jueves Santo

Por la tarde se celebra la Santa Cena y el Lavatorio de los piés. Es de destacar que para que la Eucaristía se haga más participativa la lectura de la “Pasión”, que es bastante larga, son varias las personas que la realizan, dando variedad y quitando pesadez a la misma. La Misa el Jueves es muy solemne y como hecho más representativo se conmemora en ella la institución de la Eucaristía y la traición de Judas que daría lugar a la entrega de Jesús para su crucifixión.

Dentro de la Misa se celebra el “lavatorio de los piés”, uno de los actos más simbólicos y representativos del Jueves; se presentan doce hombres de la Parroquia (algunos jóvenes y niños) con los que la ceremonia adquiere un relieve personal especial.

Terminada la Misa se traslada el “Santísimo” al monumento, profusamente iluminado, para su adoración hasta la tarde del Viernes, a cuyo efecto se hacen turnos de vela preparados con la suficiente antelación.

Viernes Santo

Se conmemora en este día la muerte del Señor, leyendo la Pasión. Se guarda el Santísimo fuera del altar, quedando el templo vacío de veneración.

Por la noche se celebra la “Procesión del Silencio”. Para esta ocasión se cuenta con un gran trono en el que van colocados el “Cristo” que corona el altar, una gran y artística escultura, y a su lado la “Dolorosa” , obra maestra del escultor Navas Parejo (como queda dicho anteriormente) El silencio que acompaña a este “paso” es impresionante, solo roto por el sonido del tambor y la triste melodía interpretada por un cuarteto de música sacra que precede al trono.

Vigilia Pascual

Es la ceremonia más solemne y hermosa de la Semana (de ahí que la pongamos con mayúsculas), pues en ella se recuerda la “Resurrección del Señor”, hito histórico y único de los cristianos.

El acto más significativo es el encendido del cirio pascual símbolo de “Cristo luz del mundo”. Con todas las luces apagadas se dirigen los fieles con velas , también apagadas, a al patio de la iglesia donde hay preparada una candela de cuya llama se enciende el cirio y de éste todas las velas portadas por los fieles que, a continuación, entran en el templo cantando “Luz de Cristo, demos gracias a Dios”.

Se encienden entonces todas las luces y se inician las lecturas que repasan la historia de la creación, la del pueblo hebreo desde Abraham al Éxodo y su entrada en la tierra prometida. (Son en total 7 lecturas efectuadas por personas distintas).

Una vez empezada propiamente la Misa al llegar al “gloria” se canta este himno acompañado del órgano y se echan las campanas al vuelo, repicando, por la alegría de la resurrección del Señor. Se proclaman entonces las lecturas relativas al día. No podemos dejar de consignar la gran participación de lectores y ayudantes a todos estos actos, a pesar de la hora tan avanzada.

Terminada la función religiosa se da una chocolatada en el salón parroquial como alegría y despedida de la velada.

Domingo de Resurrección

Como continuación a la Vigilia Pascual, pero con carácter propio de fiesta de Domingo de Resurrección, se celebra la Eucaristía de este día con un esplendor singular, extraordinario, y con profusión de cantos relativos a la festividad, dirigidos por los “Heraldos del Evangelio” y acompañados por el órgano y las voces (más o menos afinadas) de los presentes, a quienes no se les puede negar su buena disposición; algunos se sorprenderían al comprobar las buenas cualidades sonoras de bastantes personas, que no desmerecen de un cojuntado coro profesional.

Lamentamos no tener una imagen del “Resucitado” para mayor exaltación de este día, pero estamos en ello para próximos años.


Como resumen podemos afirmar que la Semana Santa en Benalúa se ha caracterizado por su sencillez, participación y fervor de los fieles, dentro de los límites de nuestras posibilidades ante la carencia de “pasos”, aunque creemos que hemos aprovechado al máximo la presencia en nuestras calles de las pocas, pero hermosas, imágenes que tenemos, evitando el folclore propio de algunas ciudades con sus impresionantes concentraciones de personas nacionales y extranjeras.

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