Rutas del Bienestar
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En la época en que vivimos y debido al ritmo que llevamos hemos dejado de lado una función natural del ser humano: caminar. La vida cómoda y regalada, a la que nos hemos acostumbrado, está generando en nuestra población un sedentarismo que hay que romper para no encontrarse con algunas enfermedades como: obesidad, hipertensión…etc. Nuestros antepasados utilizaban la fórmula mens sana in corpore sano y ellos gozaban de mejor salud porque iban a todos lados caminando.
Hace tiempo me enteré que la acción de caminar puede guardar un enriquecedor objetivo si tenemos en cuenta la etimología de las palabras. Caminar o deambular es un término utilizado en la Edad Media para las personas que pedían limosna con el pretexto de llegar a Tierra Santa. De la palabra sainte o santa proviene saunterer, peregrino. Todo caminar puede conllevar un pequeño peregrinaje.
Esto me parece muy esclarecedor para que tengamos en cuenta que nuestro caminar puede convertirse en algo más que una necesidad física dado que lo psicológico, lo emotivo o sentimental y lo espiritual forman parte indestructible de nosotros. Ninguna riqueza puede comprar lo que podemos sentir y adquirir en nuestros hermosos paseos. Deambular libremente por los caminos pudiendo conquistar interiormente todo lo bello que acaece a nuestro alrededor. Dejarnos influir por toda la naturaleza que nos aporta su limpieza, su energía, el aire, el sol…, sin duda bondades que pueden ir dibujando nuestras necesidades y aspiraciones frente el estrés y materialismo en el que nos encontramos envueltos. Esta manera de caminar, además de quemar calorías, nos aporta un cúmulo de energía positiva que sin duda los más beneficiados somos nosotros y por supuesto, puede irradiar todo aquello que nos rodea.
Andar, caminar o pasear es el ejercicio más económico que tenemos; se puede practicar a cualquier hora, lugar y época del año. En las zonas rurales contamos con el privilegio de disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor y apogéo muy cerca del casco urbano, teniendo un contacto directo con ella. Así podremos elegir un paseo adecuado a nuestra forma física y edad o una ruta para expertos y amantes del senderismo y la naturaleza por nuestras sierras y montes.
Hacer ejercicio al aire libre conlleva numeroso beneficios añadidos, pues utilizamos los cinco sentidos. Nos impregnamos del olor a tomillo, romero, orégano, aulagas, esparto…etc. Visualizamos nuestra flora y arboleda como: sauces, pinos, encinas, álamos, fresnos, pinsapos, cedros, jara, almendros…etc. Escuchamos el sonido relajante del canto de los pájaros, el silbido de la brisa que nos acaricia la cara, el fluir del agua a nuestro paso a través de las acequias y ríos.
Este conjunto armonioso hace que disminuya nuestro estrés y la apatía, olvidemos nuestros problemas y liberemos endorfínas que nos aportan bienestar y tranquilidad. Favoreceremos la producción de vitamina D indispensable para la absorción del calcio.
Siempre hemos escuchado que es preferible prevenir que curar pues si nos ponemos a caminar conseguiremos: tonificar los músculos, oxigenar la sangre, regularizar los niveles de colesterol y triglicéridos, controlar la hipertensión, mejorar nuestros tejidos, prevenir la degeneración articular, ejercitar el corazón y con ello todo lo relacionado con enfermedades cardiovasculares, mantener la masa ósea y por tanto prevenir la osteoporosis, aumentar las defensas del organismo, quemar toxinas y grasas, además de beneficios respiratorios …..También tendremos mejor salud mental y si realizamos esta actividad en grupo fomentamos las relaciones sociales de amistad.
¡Cálzate unas zapatillas!
Y no podemos terminar sin dejar de describir una de las rutas de nuestro municipio.
RUTA CAMINO DEL ARZOBISPO
RUTA: Ida y vuelta
DISTANCIA: 4,5 Kms
TIPO DE SENDERO: Lineal
TERRENO: Llano
DIFICULTAD: Baja
TIEMPO: 1 hora
En nuestro pueblo de Alfacar nos sentimos bendecidos por los abundantes parajes y bellos paisajes que nos facilitan esta sana actividad.
Contamos con numerosos senderos como: Fuente Fría, La Alfaguarilla, Rutas de las cruces, El púlpito, La Cueva del agua...etc.
Por su sencillez y por la gran afluencia que tiene cada día quisiéramos describir la Ruta del Cordel de Fuente Grande o Camino del arzobispo, como aquí se conoce, y que une Alfacar con el pueblo de Víznar.
Comenzamos el camino en Fuente Grande donde vemos emanar el agua del suelo, formando parte de las transparentes y limpias aguas que allí reposan.
Un poco más adelante dejamos a la izquierda el Parque Federico García Lorca lleno de contenido histórico y poesía. Y al frente el Caracolar.
Al margen derecho disfrutamos de la acequia Aynadamar que nos acompaña en el recorrido con sus numerosos puentes, ya sea el Puente de Corvera, el Puente de los Arrieros (las piedras que lo componen formaban parte de la calzada romana), el Puente Acueducto de Alhatara…etc.
Pasamos el Cortijo de Pepino percibiendo ese olor característico a campo, a ovejas y a cabras. Antes de la entrada a Víznar, nos encontramos con un lindo paisaje formado por los restos de un molino harinero quedando sólo uno de los dos cárcavos que componían la entrada del agua al rodezno y unas escaleras.
Este paisaje que hoy nos transmite tranquilidad y paz, además de vida por el cantar de sus aguas, es un rincón que guarda secretos de horror en sus entrañas, en la guerra civil española lo convirtieron en la última morada de los condenados a muerte.
Ya hemos alcanzado el pueblo de Víznar, a su entrada nos espera una fuente de agua dándonos la bienvenida. Ahora nos queda retornar y seguir saboreando toda la armonía y belleza de que está impregnado el camino, el canto de los pájaros, el espectáculo del florecer y verdor del campo, a la vez que contemplamos desde su altura los bellos paisajes.
Galería
Imágenes del recorrido de la ruta
Referencias
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Principales editores del artículo
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