Leyenda del Soldado Encantado
Cuenta la leyenda que Don Vicente era un estudiante de Salamanca, a quien le gustaba viajar durante el verano por los pueblos, tocando su guitarra y ganando dinero con sus canciones. Una vez llegó a Granada la víspera de San Juan. Se encontró con un soldado perfectamente armado que montaba guardia, y que pasaba desapercibido para todo el mundo. Don Vicente le preguntó quién era. El soldado le contestó que le habían cogido prisionero en un ataque contra los moros 300 años antes. Le habían lanzado un hechizo que le obligaba a vigilar el tesoro de los moros y evitar que cayese en manos cristianas.
Sólo era liberado temporalmente una vez cada 100 años, en la víspera de San Juan, cuando el hechizo permitía que cualquier persona lo viera y pudiera liberarlo. El desesperado soldado prometió a don Vicente la mitad del tesoro a cambio de su ayuda. Su misión consistía en encontrar un sacerdote en ayuno para librarlo del hechizo y una doncella pura para abrir el cofre del tesoro. Don Vicente salió a buscar ayuda y encontró una chica casta y un cura de apetito insaciable. El cura haría lo posible para ignorar su apetito.
Una vez que don Vicente, el cura y la chica llegaron al pie de la torre, la cripta apareció. Una vez dentro, el hechizo parecía roto. Entonces Don Vicente comenzó a llenar sus bolsillos con oro. El cura glotón comió algo de fruta. En un visto y no visto, Don Vicente, la doncella y el cura se encontraron fuera de la torre. La Noche de San Juan había terminado y el hechizo no se había deshecho… El sacerdote había comido demasiado pronto.
Según cuenta la leyenda, todavía el soldado permanece prisionero en la torre, donde se le puede ver vigilando el Tesoro de la Alhambra…
Principales editores del artículo
- Mari Cruz M. F. (Discusión |contribuciones) [1]
- David (Discusión |contribuciones) [1]