Las almas del purgatorio

De Granadapedia
Saltar a: navegación, buscar

Contaba mi abuela que la iglesia con el toque de ánimas, encendía una vela y rezaba una oración. Siempre decía que, cuando se tenía que suya era muy devota de las almas del purgatorio y que todas las tardes, cuando sonaban las campanas de le despertar a una hora determinada. La noche antes les rezaba un padre nuestro y nunca fallaba, se despertaba a esa hora. También le contaba que cada tarde les pedía que cuando llegara la hora de su muerte, se avisara tres días antes para ponerse en paz con Dios y arreglar sus asuntos mundanos. Pasaron los años y ya estaba tan viejecita, que mi abuela dormía todas las noches con ella, en la misma habitación, y en una cama al lado. Una noche, se despertó sobresaltada ante unos golpes que oyó en la mesita de noche, como si alguien diera en la madera con los nudillos. La abuela no dijo nada, pero por la mañana, quiso ir a visitar a una prima , con la que no se hablaba y con la cual hizo las paces. Se acostaron por la noche y justo a las doce, sonaron de nuevo los tres golpes en la mesita y a la vela que siempre estaba encendida sobre ella, se le movió la llama. En cuanto amaneció, la abuela pidió que llamaran al notario e hizo testamento, y al cura, con el cual se confesó. Cuando llegó la tercera noche y a las doce volvieron a sonar los los tres golpes, esta vez más fuertes, la abuela dijo: -Ya nos podemos ir, estoy preparada. Gracias por avisarme. Y la abuela se fue apagando dulcemente a la vez que la llama de la vela.

Recogido por Marisol Vichez, que se lo contaba su abuela María Anguita Durán.

Principales editores del artículo

Valora este artículo

0.0/5 (0 votos)