La vida en el "Barranco de la Bina" (Busquístar)
“La Vida en el Barranco de la Bina”
En esta preciosa zona de la Alpujarra granadina llamada Brranco de la Bina situada en el término municipal de Busquístar y lindando con Trevélez, en una zona con escaso terreno, hay una serie de cortijos cuyos habitantes vivían exclusivamente del campo y de algunos animales.
Muchos eran los vecinos que vivían en los cortijos, éstos eran los siguientes: Cortijo “Las Lacenas”, donde vivían 3 familias. Cortijo “El Trancen” formado por 2 familias. Cortijo “La Calahorra”, el más grande, donde vivían 8 familias. Cortijo “Ferrara” vivía 1 familia con 7 hijos. Cortijo “La Encina” con 2 familias. Cortijo “Los Caballeros” con 5 familias. Cortijo “Los Corrales” con 2 familias. Cortijo “La Cerquilla” con 2 familias.
Actividad en el Barranco de la Bina |
La media de las familias que vivíamos en esta zona era de entre 5 a 6 hijos por familia por lo que entre todos constituíamos un pequeño pueblo.
Hoy en día estos campos están abandonados prácticamente en su totalidad y los cortijos del Barranco junto con otros de la zona que sumaban unos 40, la mayoría están deshabitados, y los que no, incluso caídos.
Uno de los momentos de la vida, que se vivía con más ilusión era la celebración de bodas, a las cuales acudía mucha gente, ya que la mayoría de los vecinos eran familia y con los que no lo eran, se trataban como si lo fuesen. Los invitados se desplazaban a Busquístar en caballería, ataviada con sus mejores aparejos, ya que era allí donde se oficiaba la boda y después se trasladaban al cortijo de la novia que era donde se celebraba el convite por todo lo alto con vino, aguardiente, dulces caseros y buñuelos.
Aún se recuerda, especialmente, una celebrada en el cortijo “La Calahorra”, donde se sirvieron 3 fanegas de harina hecha buñuelos, que equivale a 135 Kgr. De harina, “ CASI NÁ”.
Cada familia amasaba su propio pan, se hacía una vez cada 8 ó 9 días, porque todos los cortijos contaban con su propio horno, no se desperdiciaba nada, no como hoy en día que no se como el pan de un día para otro.
Las familias dependían de sus propias cosechas para su sustento, ya que no había otros medios para ganarse la vida como podía haberlos en las ciudades, aún así la gente vivía feliz, por que se apoyaban unos a otros como una gran familia.
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