La población y los Padrones Eclesiásticos
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Contenido
Consideraciones generales
Para saber los hechos históricos de una población, región, comarca o villa, primero tenemos que saber los movimientos de la población. Las bruscas variaciones del número de habitantes, tienen su causa en algún acontecimiento ya sea social, económico o sanitario, religioso, de origen meteorológico, o de cualquier otra naturaleza.
En la demografía de un pueblo se observan-al correr del tiempo- junto al natural crecimiento vegetativo, unas bruscas elevaciones y caídas, más o menos pronunciadas, en las que como un “puzzle” irán encajando acontecimientos históricos que la investigación o la comparación con hechos conocidos de otros lugares cercanos, nos van descubriendo.
Hasta mediados del siglo pasado, y más concretamente hasta la aparición del Registro Civil en 1872, los documentos eclesiásticos eran la fuente de todo estudio demográfico, y concretamente, los Libros de Bautismos, Matrimonios y Entierros.
La obligatoriedad de los párrocos de registrar en un libro los nombres de los que en su demarcación recibían el sacramento del bautismo, procede del Concilio de Trento en 1563; debían anotar también el día, mes, año y nombre de los padres y padrinos.
La misma procedencia tridentina tiene el libro donde habían de registrar los nombres de todos los que contrajesen matrimonio, anotando igualmente día, mes, año y testigos.
Por último el libro de entierros se impuso como obligatorio a partir de 1614. Sin embargo estas anotaciones eran ya usuales en España desde época anterior. A través de cuatro siglos los párrocos de Dílar han ido formalizando las oportunas inscripciones y guardando celosamente las libretas, forradas de piel, que les legaban sus antecesores.
Patrones eclesiásticos
En Dílar, se dispone también de una inestimable colección, para información sobre el pueblo y sus habitantes, de Padrones Eclesiásticos, poco frecuentemente conservados.
Los padrones se confeccionaban todos los años en libretas de 31cm. De altas por 11cm. De ancho, el primero corresponde al año de 1.695 y el último a 1.884, faltando algunos años, como en su momento se dirá. Los padrones entre 1.695 y 1.760 están encuadernados con piel de vaca, agrupados de diez en diez según el siguiente detalle:
- Años de 1.695 a 1.720.- Encuadernación con solapa de cierre lateral, contiene los años 1.695 a 1.699, 1.702 y 1.717 a 1.720. Total 10 años
- Años de 1.731 a 1.740.- Encuadernación sin solapa. Cintas de cuero para su conservación total 10 años.
- Años de 1.751 a 1.760.- Como el anterior.
Total de padrones encuadernados: 50 años
A partir de 1761 todos los padrones se presentan en papel, cosidos lateralmente formando libretas del mismo tamaño indicado más arriba, un fascículo por año, sin encuadernación, salvo los años 1866, 1867 y 1868 que están encuadernados en un solo volumen. Entre los años de 1761 y 1884 hay padrones de todos los años, salvo de los siguientes: 1.813, 1.834, 1843, 1854, 1869, 1870, 1871, 1872, 1873 y 1874 (los seis últimos corresponden al sexenio revolucionario)
Contenido de los Padrones
En ellos figuran los habitantes de cada casa con edad de cumplimiento de los sacramentos de Comunión y Confesión (el primero al parecer, desde 11-12 años y el segundo desde 6-7 años). Primero el cabeza de familia, esposa, si la hay, y resto de familia. No se especifica en estos primeros años, sexo, ni edad, ni estado. Las inscripciones se numeran por familias, correlativamente desde el 1, sin indicación de calle ni situación. Sin embargo sí se citan por sus nombres molinos, cortijos, ermitas, etc. Delante de cada nombre suele aparecer una o dos “C”. Hasta el año de 1785 están fechados y firmados por el cura del lugar, que normalmente salvo casos de enfermedad o ausencia, coincide con los párrocos que se citan en el Apéndice de este libro.
A partir de 1786 y hasta 1831 el padrón sufre alguna variación que facilita mayores datos: las casas siguen numerándose correlativamente, pero el recorrido se va recogiendo al indicar la calle, plaza, placeta, callejuela o barrio. También a continuación de cada censado se indica C, V o M, según sea casado, viudo o menor ( con edad de cumplimiento sacramental) y en estos suele indicar la edad. Los más pequeños no se citan.
Las calles que figuran en el padrón del año de 1786 y por el orden de recorrido del empadronamiento son: De la Iglesia- Placeta frente al Postigo de la Sacristía – Calleja del Duende – Placeta Alta – Calleja de los Corrales – Calleja – Horno – Barrio de la Santísima Trinidad – Torreón de las Heras – Barrio de las Heras – Callejuela – Placeta del Juego de Bolos – Calle Real – Barrio de las Herillas – Casa 131 Pósito y Capitulares – CASAS DE CAMPO: Molino de las Parras – Molino del Barranco que llaman del Beneficiado – Cortijo de Cuevas – Molino del Encinar – Cortijo Rosales – Cortijo de Sevilla – Molino del Boquete, junto al Martinete – Martinete – Cortijo de Alcántara. A partir del año 1.791 aparece la Placeta Baja, Corralillo de los Huertos, Cortijo del Olivar que era de Cuevas y ahora llaman de D. Luis, Martinete Nuevo. Desde 1.827 al anterior Molino del Camino de Granada, le llama Molino de la calle Alegre. Esta calle aparece por primera vez en el padrón en 1.833. Otra importante mejora del padrón que permite ya, conocer el total de la población se produce a partir de 1.832. Aparecen ya todos los habitantes de la casa, chicos y grandes, con indicación de sexo, edad, estado, y relación con el cabeza de familia. A partir de 1.865 se indicará la profesión, y por fin, en los tres últimos, de 1.882, 1.883 y 1.884 anotan también el segundo apellido, omitido hasta entonces.
Referencia
- Datos obtenidos del libro de D. Manuel Morell Gómez titulado "Dílar, huellas de su historia". Para más información visita www.manuelmorellgomez.com[1]
Principales editores del artículo
- Meugenia (Discusión |contribuciones) [4]
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