Historia de Peligros
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Batalla de la Higueruela
Siete siglos después de su entrada y ya bajo el reinado del Sultán “nazarí” Muhamad IX ‘El Izquierdo’, tuvo lugar en el pago de “Andaraxemel”, actual jurisdicción de Peligros, la que fuera famosa batalla en los últimos tiempos de la reconquista. Tuvo lugar el domingo 1 Julio de 1431; los peones de las huestes de D. Juan II, allanaban el terreno para facilitar a los caballeros el campo de combate, que se presumía próximo. El rey castellano vigilaba desde las laderas de Sierra Elvira, acuartelado en su palenque establecido en el pago de “Marachuchí” (Cortijo de los Vidrios), frente al Chaparral. A su izquierda y unas lomas al Este, en la Loma Vandália en término de Peligros, el Condestable D. Álvaro de Luna observaba el movimiento de sus caballeros y peones. Como divisara una enorme polvareda en la vega, envió un mensaje al Rey, quien pronto ordenó la formación para la batalla. Aquella polvareda que alarmara al Condestable, la ocasionó la caballería granadina, cuando ésta rodeaba a los condes de Niebla y de Ledesma, enfrascados en acalorada disputa a causa de la nula combatividad de sus respectivas tropas. A la sombra de una higuera situada junto a un regajal, los nobles castellanos no habían advertido el peligro que por momentos iba agrandándose.
D. Álvaro, comprendiendo que la batalla no se podía eludir, envió un mensaje al Rey quien ordenó el avance de sus tropas en tres cuerpos y pronto se entabló el sangriento combate, que tras un día de lucha, dejó en nuestro suelo millares de cadáveres y heridos, casi en su totalidad de las huestes del Sultán. Aquellos que pudieron huir lo hicieron tomando las alturas de los cerros cercanos y atravesando por “Dar Nüblo” el norte de la vega hasta entrar en Granada por las puertas altas de la medina. El palenque del ejército granadino, que había estaba situado entre Maracena y Almanjáyar, en la margen izquierda del arroyo “Junquerín”, fue abandonado en su huida y destruido por los castellanos cuando perseguían a los fugitivos.
Después de tan sangrienta batalla, el Rey mandó levantar el campamento pasando por Puerto Lope a su regreso a tierras castellanas. Los cronistas de ambos bandos dieron a dicha contienda la misma denominación, pasando desde entonces a ser conocida como “Batalla de la Higueruela”.
D. Felipe II mandó inmortalizar la gesta que llevara a cabo su tatarabuelo y así fue como en la sala llamada de las Batallas, en el Monasterio del Escorial, ordenó plasmar la hazaña de su antepasado. Una enorme tela de cincuenta y cinco metros de largo por cuatro y medio de alto da al visitante una idea de aquel gran suceso ocurrido en nuestro suelo.
El lugar que dio nombre a los hechos se conoce en la actualidad como “Portillo de la Higueruela”. El regajal y la acequia de antaño perviven semiocultos en el pasadizo que comunica a tres calles. La higuera, hija de un varetón de los que vivaces crecían perennes junto a la acequia, fue injertada en el último tercio del siglo XX por don Antonio Moreno cuando construyó su vivienda en el lugar, en el número 28 de la calle Avenida de Jaén.
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