Gastronomía de Monachil
GASTRONOMIA MONACHILERA
La cocina monachilera conserva las tradiciones gastronómicas de la zona oriental andaluza; aunque sencilla en sus ingredientes, es rica en variedad de platos. El motivo común es la variada, rica y saludable dieta mediterránea, es un lugar dónde la buena mesa y el buen vino merecen mención aparte. El buen restaurador Carlos Arguiñano en uno de sus programas hizo especial hincapie, a la buena morcilla elaborada en nuestro pueblo, cosa que nos honra y nos distingue por su buen sabor y mejor comer, conservando los ingredientes primordiales de nuestras abuelas sobre todo la elaborada en casa Rosario. En el pueblo y en las cercanías, restaurantes distinguidos por las más rigurosas guías mundiales, ofrecen una cocina que innova sobre la tradición y atiende a las últimas novedades. Además, otros establecimientos de comida casera y bares de tapas completan un menú para todos los gustos. La base siempre son los productos naturales que esta tierra facilita.
Si tratásemos de hacer un menú tipo, algo para poder realizar un recorrido por la gastronomía de monachil, encontramos platos tanto de montaña como de vega, bién pudieramos empezar tomando unas entradas de jamón serrano curado con los aires fríos de la Sierra, pasariamos a degustar la habas siendo las más famosas de Granada las que se crian en nuestras vegas.
Tradicional es, asimismo, la fama que poseen los embutidos y derivados del cerdo curados al aire de las cumbres nevadas. Si se quiere un plato más contundente, encontramos desde las papas a lo pobre o las migas, hasta la famosa y monachilera "olla de San Antón", un rico plato transmitido de generación en generación que con motivo de la festividad del Santo Patrón y debido al clima frío que se impone durante el invierno en las cimas blancas de nuestro municipio ha propiciado este tradicional plato, que se come sólo durante un par de semanas al año. En su avío, pocas partes del cerdo se escapan: oreja, rabo, tocino, morcilla, manitas., acompañadas con habas secas, arroz e hinojos. Manjar que nuestros visitantes no pueden dejar de probar por su cuidada elaboración y rico sabor. Otros platos dignos de probar son el "choto al ajillo" y el "remojon".
El saber hacer en los fogones y la maestría de los diferentes restaurantes y merenderos consiguen hacer de la buena mesa un punto de referencia logrando platos verdaderamente magistrales. El buen vino que se produce con las viñas del lugar se conjuga muy bien con los platos típicos de nuestra tierra. En el capitulo de postres, se ofrece una gran variedad y por supuesto, las cerezas. Sabroso placer lo constituyen los dulces artesanales de toda la vida: roscos de vino, y pestiños, el afamado arroz con leche, carne de membrillo, bollos y tortas de aceite de chicharrones, de manteca y rellenas de cabello de ángel. Y para enriquecer aún más si cabe nuestra mesa el licor de endrinas o pacharán, fabricado con endrinas de la sierra y cuya receta original trajeron unos frailes navarros instalados en el Convento de los Padres Agustinos de nuestro pueblo hace muchos años. Nos puede dejar de degustar los de cereza y uva en aguardiente, ademas el licor de membrillo, todo ello elaborado artesanalmete con recetas antiquisimas.
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