Como se hacía la matanza en Bubión
La matanza en Bubión era una de nuestras costumbres que ya está en desuso. La matanza en si era un sólo día, pero entre los preparativos y elaboración de los embutidos duraba sobre unos cuatro días.
En la víspera de la matanza la gente se dedicaba a pelar y cocer las cebollas para después hacer la morcilla. Según la cantidad que se quisiera elaborar, se tenían que preparar las distintas especias. Al día siguiente la gente se levantaba muy temprano y se tomaba un tentempié, que consistía en una copa de anís, higos secos y nueces o torta de aceite con café de puchero. Seguidamente los hombres se iban a los corrales en busca de los marranos. Una vez en la calle se ponían los "guarros" encima de las mesas y un hombre los mataba, pinchándole con un cuchillo en el cuello. La sangre que fluía se recogía en un barreño, normalmente esta tarea la realizaba una mujer, y tenía que estar moviéndola continuamente para que no se cuajase, hasta que se enfriaba. Esta sangre se utilizaba después en la elaboración de la morcilla.
Una vez muertos se tenían que pelar con matas encendidas, y para que se quedaran bien limpios se rascaban con tapaderas de ollas, cuchillos y cuchillas de afeitar. Tras esto los marranos se colgaban de vigas con unos camales para para poder abrirlos y extraer las vísceras, tripas,etc. Las mujeres se llevaban las tripas para limpiarlas, para más adelante utilizarlas como envase para los embutidos. Mientras tanto otras mujeres se dedicaban a picar la asadura para freírla. Y a los hombres se les ofrecía una tapílla de sangre frita, patatas, carne, etc. Una vez frita la asadura se aliñaba con cebolla, ajo, laurel y pimiento rojo seco, todo esto se juntaba con patatas fritas que fuesen bastante gordas. En algunas casas antes de la asadura se servían de primero unas sopas hechas a base orejones, pimientos asados, pescada e incluso bacalao seco, que estaba riquísimo. Toda esta comida era compartida por todos los que asistían a la matanza.
Después de comer las mujeres se dedicaban a hacer la masa para la morcilla,se mezclaba la cebolla cocida con la sangre y las especias. Esta masa se llenaba en las tripas con unos embudos metálicos pequeños, años después se empezó a utilizar el morcillero (que era un embudo más grande con el que se adelantaba el trabajo). Cuando las tripas estaban llenas, se cocían y se colgaban para que se orearan.
Por la noche se volvía la gente a reunir para cenar. La cena consistía en un guisillo muy rico con carne y patatas cocidas, de segundo, una buena sartén llena de masa de morcilla frita, y de postre un buen rato de charla entre todos con el que se llegaba al final del día.
Al día siguiente, los hombres descuartizaban los marranos y a cada pieza se le daba su utilidad. La carne bien limpia de grasa y picada se utilizaba para hacer longaniza, salchichón o chorizo. Cada embutido tenía su propio aliño. Las costillas se freían para conservarlas en aceite para que así durasen más tiempo. Los jamones se salaban para curarlos y casi siempre venderlos, porque hacía falta el dinero. Lo que si nos comíamos eran los brazuelos o paletillas y prácticamente todo lo del cerdo se utilizaba para una cosa u otra. Pues como dice el dicho, del cerdo nos gustan hasta los andares.
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