La siembra de la caña de azúcar

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Preparación del terreno para la siembra

Era frecuente en la vega de Motril realizar un estercolado previo, esparciendo “a manta”, sobre el terreno, el estiércol natural, procedente de excrementos de animales mezclados con brozas, paja...etc. Esta materia orgánica en descomposición daba a la tierra diferentes nutrientes necesarios para el cultivo. Seguidamente se araba, con yuntas de mulos o de bueyes, removiendo bien la tierra hasta una profundidad aproximada de 40 cm., y homogeneizándola, lo que en expresión popular se decía “resfriar” la tierra; al mismo tiempo que se enterraba perfectamente el abono mencionado.

Después se daban las pasadas necesarias, en forma cruzada, con la “agrá” de grandes cuchillas, arrastrada por la yunta, para desmenuzar los terrones o apelmazamientos de tierra que se formaban por el arado del terreno.

Este se allanaba pasando varias veces, sobre el mismo, la “agrá”con las cuchillas hacia arriba y sobre las que se colocaban sacos de tierra, o tierra apisonada en gran cantidad, o grandes piedras para conseguir más peso sobre aquella, y una mayor presión ejercida sobre el terreno, facilitando el proceso de allanado.


Surcado del terreno

Este se realizaba con el “arado de abrir”, de dos hojas que, tirado por la yunta, abría los surcos a una profundidad de 25 a 30 cms, unos 20 cms de ancho y distantes entre sí, un metro y medio aproximadamente. En estos surcos se realizará el sembrado de la caña.

Preparación previa de la caña para su siembra

La siembra, en los surcos, se hacía disponiendo los trozos de caña citados, de las formas siguientes, dependiendo de la fertilidad del terreno y de la decisión del labrador:

  • “A dos”
  • “A dos y media”
  • “ A dos calzadas” (calzás)
  • “ A tres” (excepcionalmente y en ciertas condiciones.)

Seguidamente se tapaba la caña en sus surcos con unos 8 cm de tierra (4 dedos), para evitar su deshidratación. Se esperaba, aproximadamente un mes, hasta que las cañas nacieran en tales condiciones. En caso de falta de humedad de la tierra se procedía a regar, “al salir”, pasando el agua por los surcos sembrados hasta que saliera por el otro extremo con el fin de dar humedad o jugo a la tierra.

La época óptima de la siembra era durante los meses de marzo y hasta primeros de abril, al darse, en la caña, las mejores condiciones de brote.

La siembra

Entre las filas de socas del sembrado se araba la tierra y, próximo a las mismas, se abrían surcos con el arado, se le echaba estiércol y se enterraba éste con la azada, allanando al mismo tiempo la tierra. Con ello se lograba las mejores condiciones para favorecer el crecimiento óptimo de las cañas.

Se dejaba así transcurrir cierto tiempo, aproximadamente un mes, hasta que las cañas alcanzaran el medio metro, manteniéndolas enyerbadas durante este período. El enyerbado se hacía tanto con caña vieja como con caña nueva.


Estercolado de la caña vieja

Con la azada, los labradores realizaban y perfeccionaban los “caballones madre” y los “caballones de camadas” para distribución del agua, en el riego de las cañas, lo más uniforme posible.

Se atajaban en “alparatas de a dos”, y en “safes” en terrenos con pendiente o “laderos”, para conseguir que el riego fuese lento, reposado y lo más penetrante y profundo posible en la tierra, teniendo en cuenta que se regaba por “tandas”. Así eran llamados los espacios de tiempo para el riego,con frecuencia de hasta de 30 o 40 días y duración entre 8 a 12 horas.Estas cifras variaban en función del agua disponible, según las condiciones meteorológicas, más o menos favorables (lluvia, nevadas, etc.)

Se colocaban brozas de caña, bajo formas de “albardillos” entre los “caballones madre” y de “zorrillos” entre los de “camada”, para distribuir, lo mejor posible, el agua durante el riego de las cañas y evitar arrastres de tierra innecesarios.

Un caballón madre podía regar normalmente unos seis surcos.

Con el “arado de abrir”, de dos hojas, se procedía a efectuar otro surcado más grande y definitivo para facilitar el posterior abrigo y caballoneo de las cañas con la azada.


El surcado definitivo para el riego

Seguidamente se procedía a dar el primer riego a las cañas, en profundidad. A continuación se labraba la tierra con almocafre, para quitar las hierbas y eliminar la costra que se formaba en los surcos, tras el riego. Estas labores, riego y labrado, se repetían cada vez que se regaban las cañas en sus correspondientes “tandas”.

Atajado para el riego

Con la azada, los labradores realizaban y perfeccionaban los “caballones madre” y los “caballones de camadas” para distribución del agua, en el riego de las cañas, lo más uniforme posible.

Se atajaban en “alparatas de a dos”, y en “safes” en terrenos con pendiente o “laderos”, para conseguir que el riego fuese lento, reposado y lo más penetrante y profundo posible en la tierra, teniendo en cuenta que se regaba por “tandas”. Así eran llamados los espacios de tiempo para el riego,con frecuencia de hasta de 30 o 40 días y duración entre 8 a 12 horas.Estas cifras variaban en función del agua disponible, según las condiciones meteorológicas, más o menos favorables (lluvia, nevadas, etc.)

Se colocaban brozas de caña, bajo formas de “albardillos” entre los “caballones madre” y de “zorrillos” entre los de “camada”, para distribuir, lo mejor posible, el agua durante el riego de las cañas y evitar arrastres de tierra innecesarios.

Un caballón madre podía regar normalmente unos seis surcos.

Los riegos

Seguidamente se procedía a dar el primer riego a las cañas, en profundidad. A continuación se labraba la tierra con almocafre, para quitar las hierbas y eliminar la costra que se formaba en los surcos, tras el riego. Estas labores, riego y labrado, se repetían cada vez que se regaban las cañas en sus correspondientes “tandas”.

Fertilizantes

En los primeros riegos, y justo antes de los mismos, se les echaba, en los surcos, a las cañas en general, nuevas o viejas, abonos a base de sales amónicas, para fertilizar más la tierra y favorecer, desde el principio, el crecimiento óptimo de la caña; tales como sulfato amónico o nitrato amónico. Después se aplicaban otros fertilizantes entre los meses de agosto,septiembre y octubre.

En general se administraban del modo siguiente:

  • Los fosfóricos se echaban en el fondo del surco, si era necesario, para suplir las carencias del terreno y favorecer el desarrollo radicular de la siembra.
  • Los nitrogenados, de mes y medio a dos meses de la siembra.
  • Los potásicos, sobre los tres, cuatro o cinco meses posteriores.

Todos estos fertilizantes procuraban, con sus nutrientes,favorecer un excelente crecimiento y alimentación de la caña de azúcar.

A la caña nueva y vieja, poco crecidas, se las sulfataba, con productos químicos adecuados, para evitar el gusano perforador que ocasionaba la podredumbre de la misma.

Atado de las cañas

Para evitar que las cañas, ya crecidas, fuesen abatidas por los fuertes vientos en la zona y conseguir regarlas con normalidad, se ataban entre sí, formando haces en los caballones madre.

Partes de la caña

Para evitar que las cañas, ya crecidas, fuesen abatidas por los fuertes vientos en la zona y conseguir regarlas con normalidad, se ataban entre sí, formando haces en los caballones madre.

La caña de azúcar tiene tres partes bien diferenciadas:

a) El sistema radicular, o conjunto de raices, que posee un gran rizoma, o tallo horizontal y subterráneo, destinado a absorber del suelo los nutrientes necesarios para el crecimiento de la caña.

b) El tallo, que puede llegar a medir hasta 4 o 5 metros de alto, según variedades y zonas de cultivo, y de 2 a 6 cms. de grueso.

En la vega de Motril, la altura más común era de 2 a 3 metros.

En el tallo se almacena el jugo, muy rico en sacarosa. Éste se divide en 10, 12 o 13 “canutos”, de diferentes longitudes, o segmentos acotados por sendos nudos, de donde brotan las yemas y las hojas.

De las yemas, y con la siembra, nacerán las nuevas cañas. Las hojas son lisas, dentadas y cortantes; tienen una longitud de 1 a 2 metros y su ancho es de unos 5 cms. aproximadamente. Las hojas son las responsables de realizar la fotosíntesis. Ésta consiste en un proceso metabólico y específico de las plantas,por el cual se captan fotones de la luz solar por las moléculas de clorofila de las hojas, que se activan.

La energía de dichos fotones se aporta a la reacción química entre el dióxido de carbono, tomado del aire durante el día, y el agua absorbida de la tierra; formándose, en consecuencia, hidratos de carbono y oxígeno que se desprende a la atmósfera. Los hidratos de carbono, junto con los minerales y materias orgánicas, presentes en la tierra, son necesarios para la alimentación y crecimiento de la planta. Los hidratos de carbono se trasformarán posteriormenteen sacarosa.

Citando el BABOR/IBARZ-(Química General Moderna)

“En un experimento sobre fotosíntesis, con luz amarilla del sodio, de 5890 angström de longitud de onda, se encontró que se precisaban 8 fotones por cada molécula de dióxido de carbono que se reduce a hidrato de carbono según el proceso siguiente”:

  • Clorofila +8 fotones (hv) = Clofila* (molécula excitada)
  • Clorofila* +CO2 + H2O = 1/n (CH2O)n + O2 + Clorofila.

(hidrato de carbono)

En consecuencia, tenemos que:

  • 6CO2 + 12H2O + energía fotónica de luz = C6H12O6 +6O2 +6H2O

(dióxido de carbono) (agua) (glucosa) (oxígeno)

Formándose glucosa y, mediante otras reacciones químicas, sacarosa; cuya fórmula es C12H22O11

Nota 1ª. A partir de la glucosa se produce, por otras reacciones químicas, sacarosa, almidón, celulosa, lignina o madera y otros compuestos que son la base de alimentación de las plantas y herbívoros.

Nota 2ª. El tallo tiene una riqueza en sacarosa del 12 al 14%, destinada al azúcar. Además, de la caña se consiguen unos 40 Kg/tm. de melaza, destinada a la fabricación del ron, y aproximadamente 150 Kg/tm. de bagazo, empleado en la fabricación de papel y cartón.

c) La panocha o “cabo”

Ésta tiene una longitud aproximada de 30 a 50 cms. Situado al extremo de la caña, presenta la floración durante el primer año de cultivo. En la recolección de la caña, el cabo, picado, se utilizaba como alimento de los animales: Cabras y ovejas, conejos, cerdos, asnos, mulos, etc, debido a sus hojas tiernas y alguna sacarosa contenida en el mismo.

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